Educar para el outsourcing

¿Qué opción tienen nuestros jóvenes de acceder a un empleo bien remunerado en el Perú mientras nuestro país se dedique fundamentalmente a las exportaciones de materias primas y productos agrícolas? Casi ninguno. En ese segmento, el empleo bien remunerado está saturado. ¿Qué otras opciones habrían? Millones de jóvenes de India, Filipinas, Tailandia, etc. están aprovechando el mundo globalizado e interconectado para emplearse vía outsourcing en actividades informáticas y telecomunicadas, que no tienen las limitaciones de las fronteras, aduanas, visas, permisos de trabajo, etc. Thomas Friedman da algunos ejemplos ilustrativos en su libro La Tierra es Plana, 2006. Cuando uno llama a un “call center” para consultas en inglés sobre una tarjeta de crédito de American Express, quien contesta es un interlocutor indio en Bangalore, India. Cada vez más los contadores norteamericanos subcontratan contadores indios para manejar a distancia la contabilidad de sus clientes, rigiéndose por las leyes del Estado en el que reside la empresa. Cuando los médicos de hospitales medianos en EEUU necesitan un radiólogo que no se encuentra físicamente presente, envían las radiografías electrónicamente a médicos de India o Australia para su interpretación y devolución por internet. Cada vez más estudiantes norteamericanos tienen tutores telefónicos en India que les ayudan a hacer sus tareas a través de la computadora. Etc. ¿Por qué se contratan tantos servicios informáticos y de telecomunicaciones en India? Porque son de alto nivel, cuestan el 20% del norteamericano, están disponibles 24 horas al día y los producen trabajadores sumamente motivados y empeñosos. Sería bueno que nuestro gobierno tome nota de esta dimensión globalizada del mundo y del outsourcing, que exigen del estudiante saber pensar, comunicarse, resolver situaciones imprevistas, procesar conocimientos, crear, diseñar soluciones originales, usando todas las herramientas informáticas que la tecnología permite y que los empleadores buscan por el mundo al menor precio, máxima calidad y mayor rapidez. Todas ellas tienen como requisito, además del dominio de las habilidades básicas en la lengua materna que permite operar en el siglo XXI, el dominio del inglés, la informática, tener una cultura empresarial y de geografía económica. Además, los jóvenes deben aprender a manejar sus finanzas personales, créditos, ahorros y seguros para hacer sus propios fondos de jubilación y beneficios sociales. La revolución educativa peruana se producirá cuando el sistema educativo se reoriente y reestructure tomando en consideración las habilidades y actividades productivas propias del siglo XXI.
Fuente:
León Trahtemberg