Este es el caso: “una pareja tiene dos hijos grandes de 7 y 12 años, que van bien en la escuela, aman leer, tienen buenos amigos y se comportan bien con los adultos.” El problema es que sólo desean jugar en la computadora o con los juegos de video y nada más...
Y si bien algunos de esos entretenimientos son divertidos, desafían sus mentes, y no son violentos, los padres también quisieran que sus hijos disfrutaran de otras actividades... Un problema particular que se repite.
La solución que los especialistas coinciden en recomendar, es limitar a cada niño a una hora de tiempo diario frente a la pantalla, convencerlos de la importancia de jugar al aire libre y estimular su creatividad. Darles variantes para que elijan otras actividades y dejen de utilizar la computadora por una semana para tener un panorama más amplio.
Aunque también puede ocurrir que por más que se prohíba su uso durante una semana, el joven vuelva a su obsesión una vez cumplido el plazo.
¿Hay una mejor manera de limitar el tiempo de pantalla?
Es cierto que su hijo puede jugar con los videos fuera de su casa y sin su permiso, por más que usted le haya puesto un límite de tiempo de una hora por día. Pero por lo menos, tendrá una forma de vida diferente a si sus padres le permitieran quedarse en casa jugando encerrado, todo el tiempo que desee.
Un niño de 7, 8 y 9 años, tiene generalmente tres o cuatro "obsesiones" que alterna diariamente, y las va sustituyendo lentamente a medida que pasan los meses. Probar de esto y de aquello, ayuda a los niños a entender qué es lo que les gusta y los hace sentir felices.
A los 10, el niño se centra por instinto en solamente una o dos aficiones, que persigue apasionadamente durante algunos años. Si se dedica al fútbol o a las figuritas, es porque desea mantener una actividad que le enseñe nuevas habilidades y consolide las viejas, aunque después renuncian a ellas abruptamente, una vez que se dan cuenta de lo que pueden hacer.
Los chicos más grandes, con su amor por los juegos de video y la computadora, tienen problemas de horario, y a sus hermanos pequeños intentando copiar todas sus acciones, porque en realidad les gustan estos juegos por ser adictivos e hipnotizantes y no porque estén aprendiendo algo nuevo.
Los juegos pueden ser diversión, pero en general no enseñan mucho a los chicos.
Aunque la regla de una hora mantendrá a los muchachos ausentes de la pantalla en el hogar, usted no podrá evitar que ellos la deseen, a menos que usted les ofrezca nuevas actividades con mayor diversión y que incluyan a la familia entera.
Salgan en bicicleta los sábados, vayan a pescar o caminen bajo las estrellas y conversen sobre los enigmas del espacio exterior, y si les gusta el deporte, lleve a los niños a algún club, en donde se puedan practicar y ver juegos de fútbol, básquet, béisbol, etc.
La conexión de los niños con sus padres entre los 6 y los 12 años, define la relación y su crecimiento. No es mala idea, si son apasionados por la lectura, darles algo de dinero para comprar algunos libros usados.
En todo caso, si sus hijos, todavía desean un poco más de tiempo frente a la pantalla, imponga reglas por las cuales deban hacer algún tipo de trabajo adicional que -como recompensa- tenga su tan ansiada hora de video juego.
Que aprendan a esforzarse por lo que quieren y que paguen de alguna manera por ello.
Y si bien algunos de esos entretenimientos son divertidos, desafían sus mentes, y no son violentos, los padres también quisieran que sus hijos disfrutaran de otras actividades... Un problema particular que se repite.
La solución que los especialistas coinciden en recomendar, es limitar a cada niño a una hora de tiempo diario frente a la pantalla, convencerlos de la importancia de jugar al aire libre y estimular su creatividad. Darles variantes para que elijan otras actividades y dejen de utilizar la computadora por una semana para tener un panorama más amplio.
Aunque también puede ocurrir que por más que se prohíba su uso durante una semana, el joven vuelva a su obsesión una vez cumplido el plazo.
¿Hay una mejor manera de limitar el tiempo de pantalla?
Es cierto que su hijo puede jugar con los videos fuera de su casa y sin su permiso, por más que usted le haya puesto un límite de tiempo de una hora por día. Pero por lo menos, tendrá una forma de vida diferente a si sus padres le permitieran quedarse en casa jugando encerrado, todo el tiempo que desee.
Un niño de 7, 8 y 9 años, tiene generalmente tres o cuatro "obsesiones" que alterna diariamente, y las va sustituyendo lentamente a medida que pasan los meses. Probar de esto y de aquello, ayuda a los niños a entender qué es lo que les gusta y los hace sentir felices.
A los 10, el niño se centra por instinto en solamente una o dos aficiones, que persigue apasionadamente durante algunos años. Si se dedica al fútbol o a las figuritas, es porque desea mantener una actividad que le enseñe nuevas habilidades y consolide las viejas, aunque después renuncian a ellas abruptamente, una vez que se dan cuenta de lo que pueden hacer.
Los chicos más grandes, con su amor por los juegos de video y la computadora, tienen problemas de horario, y a sus hermanos pequeños intentando copiar todas sus acciones, porque en realidad les gustan estos juegos por ser adictivos e hipnotizantes y no porque estén aprendiendo algo nuevo.
Los juegos pueden ser diversión, pero en general no enseñan mucho a los chicos.
Aunque la regla de una hora mantendrá a los muchachos ausentes de la pantalla en el hogar, usted no podrá evitar que ellos la deseen, a menos que usted les ofrezca nuevas actividades con mayor diversión y que incluyan a la familia entera.
Salgan en bicicleta los sábados, vayan a pescar o caminen bajo las estrellas y conversen sobre los enigmas del espacio exterior, y si les gusta el deporte, lleve a los niños a algún club, en donde se puedan practicar y ver juegos de fútbol, básquet, béisbol, etc.
La conexión de los niños con sus padres entre los 6 y los 12 años, define la relación y su crecimiento. No es mala idea, si son apasionados por la lectura, darles algo de dinero para comprar algunos libros usados.
En todo caso, si sus hijos, todavía desean un poco más de tiempo frente a la pantalla, imponga reglas por las cuales deban hacer algún tipo de trabajo adicional que -como recompensa- tenga su tan ansiada hora de video juego.
Que aprendan a esforzarse por lo que quieren y que paguen de alguna manera por ello.
Fuente: enplenitud.com