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En Nueva York es común encontrar colegios públicos de 2,000 a 5,000 alumnos, concebidas bajo el criterio de economías a escala para reducir costos unitarios: un área grande con campos deportivos y diversos talleres, con profesores especializados, bajo una sola administración. Sin embargo, desde los años 1990´s se están acumulando investigaciones que evidencian de manera abrumadora las ventajas de los colegios más pequeños tanto en primaria como en secundaria. (Empezando con Williams D.T., 1990 y Cotton K. 1996). Según ellos el tamaño ideal de un colegio está alrededor de 500 alumnos.
Las razones de la ventaja de los colegios pequeños son varias: la gente se conoce más, se involucra más en las actividades y el bienestar de otros, hay más relación con la administración, lo que permite mayor flexibilidad en la gestión, las actividades se pueden individualizar más y las clases suelen ser más pequeñas. Es más fácil conformar equipos docentes para trabajar juntos, integrar sus materias, usar agrupaciones multiedades y cooperativas. Además, hay un mayor énfasis en el estudio de asuntos que ocurren cotidianamente en el mundo externo.
En los colegios pequeños la autoestima personal y académica de los alumnos es más positiva, su sentimiento de pertenencia es más intenso, mayor capacidad de control y razonamiento sociocéntrico, y menor nivel de alienación. También las relaciones interpersonales entre alumnos y con los profesores son de mayor calidad. Hay más participación extracurricular, porque cada uno se siente necesitado para participar en algún equipo o club. La asistencia es más alta y la deserción más baja y los profesores perciben una administración más amigable con una moral de trabajo más alta.
Diez años después, el New York Times informa sobre el excelente resultado que trajo la política del alcalde Bloomberg de reducir 12 grandes colegios secundarios (equivalentes a las GUE) y convertirlos en 47 nuevos colegios más pequeños (Small Schools Are Ahead in Graduation por Julie Bosman 30/6/2007). Si hasta el 2002 la tasa de graduación fue de 40% este año subió a 73% (por encima del 60% de toda la ciudad) incluyendo a 8 de ellos llegaron a más de 90%.
Guardando distancias, la analogía para el caso peruano supondría redimensionar el tamaño de los colegios públicos, lo cual podría ser una medida administrativa efectiva para apuntalar la calidad de la educación, empezando por las Grandes Unidades Escolares, algunas de las cuales además son famosas como forjadoras de abusadores y pandillas callejeras.
Las razones de la ventaja de los colegios pequeños son varias: la gente se conoce más, se involucra más en las actividades y el bienestar de otros, hay más relación con la administración, lo que permite mayor flexibilidad en la gestión, las actividades se pueden individualizar más y las clases suelen ser más pequeñas. Es más fácil conformar equipos docentes para trabajar juntos, integrar sus materias, usar agrupaciones multiedades y cooperativas. Además, hay un mayor énfasis en el estudio de asuntos que ocurren cotidianamente en el mundo externo.
En los colegios pequeños la autoestima personal y académica de los alumnos es más positiva, su sentimiento de pertenencia es más intenso, mayor capacidad de control y razonamiento sociocéntrico, y menor nivel de alienación. También las relaciones interpersonales entre alumnos y con los profesores son de mayor calidad. Hay más participación extracurricular, porque cada uno se siente necesitado para participar en algún equipo o club. La asistencia es más alta y la deserción más baja y los profesores perciben una administración más amigable con una moral de trabajo más alta.
Diez años después, el New York Times informa sobre el excelente resultado que trajo la política del alcalde Bloomberg de reducir 12 grandes colegios secundarios (equivalentes a las GUE) y convertirlos en 47 nuevos colegios más pequeños (Small Schools Are Ahead in Graduation por Julie Bosman 30/6/2007). Si hasta el 2002 la tasa de graduación fue de 40% este año subió a 73% (por encima del 60% de toda la ciudad) incluyendo a 8 de ellos llegaron a más de 90%.
Guardando distancias, la analogía para el caso peruano supondría redimensionar el tamaño de los colegios públicos, lo cual podría ser una medida administrativa efectiva para apuntalar la calidad de la educación, empezando por las Grandes Unidades Escolares, algunas de las cuales además son famosas como forjadoras de abusadores y pandillas callejeras.
Fuente: L.T.